martes, 10 de abril de 2007

COMO EN LOS DIAS DE NOAJ (3). Estudio sobre "Más como en los días de Noé..." Mateo 24: 37.



Agua, Agua, Agua.

Tres veces en el curso de la historia encontramos a la tierra sumergida en agua. Originalmente, el mundo fue creado como agua envuelta en agua"
(1).
Fue recién en el tercer día cuando Di-s ordenó: "Que las aguas se reúnan en un único lugar, Y que aparezca la tierra seca". (2)

El agua cubrió nuevamente la tierra en la época de Noaj. "El Diluvio fue sobre la tierra.... las aguas predominaron sobre la tierra, y todas las altas montañas fueron sumergidas. (3)

Finalmente, el profeta Isaías promete un mundo futuro cubierto de agua, si bien agua de una consistencia metafórica. Un mundo en el que "El lobo morará con el cordero, y el leopardo yacerá con el niño... Ellos no lastimarán ni destruirán en toda Mi montaña santa, pues la tierra se colmará del conocimiento de Di-s tal como las aguas cubren el mar"
. (4)

Una Versión Anterior.
El primer "diluvio" fue obviamente una condición deseable y positiva, siendo el estado en el que Di-s eligió crear Su mundo. (5)

Lo mismo se aplica al tercer "diluvio", que es el declarado objetivo de la Creación.El segundo diluvio, en contraste, parece un suceso totalmente negativo.El hombre ha corrompido su conducta, ocasionando que Di-s Se "lamente" de Su creación. "Traeré una inundación sobre la tierra", dijo a Noaj, el único hombre justo de la generación, "para destruir toda carne" y comenzar Mi mundo nuevamente contigo y tu familia. (6)

Pero ésta es apenas la significatividad superficial de la narración del Diluvio de Noaj por parte de la Torá.Nuestros Sabios nos cuentan que la Torá precedió a la creación del mundo en "dos mil años". Esto significa que al tiempo que la Torá se relaciona directamente con la existencia física, rememorando sucesos históricos e instruyendo el comportamiento social e individual, existe también en un nivel de procreación, uno en el que describe las realidades espirituales que son los "ancestros" de nuestra existencia de post-creación.Obviamente, ésta no es una anterioridad en términos de tiempo, pues el tiempo físico mismo es un fenómeno creado; más bien, la Torá precede a la creación (y al tiempo mismo) en el sentido conceptual, corporizando los principios y conceptos que dan origen a las leyes y sucesos que dan forma a la existencia fisica.De modo que cuando la Torá nos ordena que fabriquemos tefilín físicos con cuero físico y que los atemos sobre nuestros brazos físicos, también está describiendo un "tefílin" espiritual-conceptual, hecho de "cuero" espiritual-conceptual, que ha de ser amarrado sobre un "brazo" espiritual-conceptual.Y cuando nos cuenta acerca del Noaj histórico que construyó un Arca de madera que flotó sobre las aguas fisicas del diluvio, también describe un "suceso" en la historia espiritualmente atemporal que se oculta detrás de la historia temporal que experimentamos.De hecho, todo lo que hacemos y experimentamos es una concreción del plano maestro espiritual de la realidad, bosquejado en la dimensión procreación de la Torá. En palabras de Rabí Menajem Azariá de Fano, un cabalista del siglo XVI: "La Torá esencialmente analiza la realidad supernal, y por su intermedio alude a nuestra realidad material".Esto es lo que pretendemos cuando expresamos que la torá viene a nosotros "desde el cielo" ("Vosotros habéis visto cómo Yo os he hablado desde el cielo"; "Desde el cielo, El hizo oír Su voz".(7)
La Torá se origina como una proclama íntegramente espiritual. La "entrega" de la Torá por parte de Di-s significa que El tradujo Sus concepciones supremas en un documento inteligible a, y aplicable por, nuestro ser físico.La diferencia entre las "versiones" de pre-creación y post-creación de la Torá radica no solamente en el hecho de que la primera es espiritual y la segunda física, sino también en la ausencia de cualquier cosa negativa en el elemento procreación de la Torá.La Torá, tal como nosotros la estudiamos y aplicamos, trata también el lado oscuro de la vida: incluye registros de la inmoralidad y crueldad del hombre y encuentra necesario enseñarnos cómo librar la guerra y cómo castigar a los criminales. Pero, como proclama el salmista, "ningún mal reside contigo"
(8); Di-s, y todo lo que emana de El, es total y absolutamente bueno.Toda maldad y negatividad que podamos experimentar es resultado del auto-ocultamiento Divino, o tzimtzúm, que Di-s produjo para crear un mundo, oscureciendo Su verdad que lo satura todo de modo que la realidad creada sea capaz de percibirse a sí misma como algo distinto, aparte, de su Creador.De hecho, el término hebreo para mundo, olam, significa literalmente "ocultamiento": es el auto-ocultamiento de Di-s que da origen a una realidad poblada de creaciones poseedoras de un ego e identidad.Sin la oscurecedora máscara de la Creación, todo se vería absolutamente sumergido dentro de la infinita y todo-saturante realidad de Di-s.
Así, cada palabra de la Torá, habiendo precedido a la Creación, es una palabra de bondad y positivismo inadulterado.Si hay alguna cosa negativa en el relato de la Torá, sea Adam comiendo del fruto del Arbol del Conocimiento, o de la esclavitud a la que el Faraón sometiera a los Hijos de Israel, ésta es exclusivamente producto de la traducción de estos "sucesos" en la realidad post-tzimtzúm.La enseñanza jasídica ofrece la metáfora de un padre castigando a su hijo.Visto superficialmente, éste es un suceso doloroso y negativo; con todo, surge del amor del padre por su hijo; de hecho, "quien esconde su vara, odia a su hijo" (9)
, al carecer de interés por el desarrollo moral de su hijo.De no ser por el comportamiento negativo del niño, el amor del padre se expresaría sólo de maneras positivas; únicamente en razón de los equívocos del niño este amor ha asumido una forma que es percibido por aquél como negativa.Análogamente, el "ocultamiento" del estado físico puede traducir ciertas influencias Divinas sobre nuestra existencia en sucesos negativos según nuestra percepción.Superficialmente visto, el diluvio de Noaj es un suceso negativo. En esencia, es la continuación del "diluvio" que le precedió, el que constituyó el estado inicial de la Creación de Di-s (10), y que es precursor del "diluvio" que le seguirá, la inmersión mesiánica del mundo en el conocimiento de Di-s".

La Inmersión Individual.

El hombre, dicen nuestros Sabios, es un universo en miniatura (11)
. De modo que para comprender el significado espiritual de las tres inmersiones de la tierra debemos examinar primero el significado de la inmersión a nivel individual.Las inmersiones históricas de la tierra en agua tienen su contraparte en la inmersión del individuo en la mikvé, la piscina de agua naturalmente reunida que la Torá prescribe para quien se, ha vuelto ritualmente impuro.De hecho, el maestro jasídico Rabí Shneur Zalman de Liadí ve el diluvio de Noaj como una mikve cósmica en la que el mundo fue sumergido para purificarse de su corrupción, correspondiéndose los 40 días de lluvia que inundaron la tierra con los 40 Seá (12) de las espiritualmente purificadoras aguas de la Mikve (13). Aquí, también, se aplica la analogía de agua/conocimiento de Isaías. La inmersión física en las aguas de la mikve refleja la inmersión personal espiritual del hombre o la mujer en las "aguas" de la conciencia Divina. Como lo describe Maimónides en la conclusión de su análisis de las leyes de mikve:"Está claro y es obvio que las leyes de la impureza y purificación rituales son decretos Divinos que la mente humana no puede concebir, estos caen bajo la categoría de jukím (estatutos supraracionales) ... Pues la impureza ritual no es una mancha o suciedad física que pueda ser removida por el agua..."No obstante, hay una significancia alegórica [en la inmersión: tal como uno, cuya intención del corazón es verse purificado, y al sumergirse en la mikvé se vuelve puro pese a que nada sobre su cuerpo ha cambiado, así también, aquél cuya intención del corazón es purificar su alma de las impurezas de ésta -esto es, pensamientos perversos y caracteristicas negativas- no bien resuelve en su corazón rechazar estas conductas y sumerge su alma en las aguas del conocimiento, es purificado" (14).
Las leyes de inmersión requieren que el cuerpo de uno esté enteramente sumergido en las aguas de la mikve, si apenas un único cabello queda fuera de su superficie, la inmersión es inválida.Así, la inmersión de la tierra en las aguas de la conciencia Divina implica un estado en el que la "terrenalidad" y fisicalidad del universo se ve totalmente sometida; un estado en el que la manifiesta exclusividad y el carácter todo-abarcante de Di-s ahoga cada vestigio del Yo individual y distante de parte de la realidad creada (15)
.
Di-s creó el mundo como "agua envuelta en agua" a fin de sentar un precedente: a pesar del tzimtzúm, a pesar de la oscura capa de la creación, el mundo tiene la capacidad de remontarse por encima del ocultamiento que define su mismísimo ser y "sumergirse" a sí mismo dentro de la realidad Divina. A pesar del egoísmo, la arrogancia, e incluso la directa y llana maldad que parece tan intrínseca a su estado "natural", el mundo tiene el potencial necesario para superar las negativas trampas encadenantes de la condición fisica y llegar a reflejar la bondad y perfección de su Creador.

Precedente, Trastorno e Integración.

Pero el primer diluvio fue apenas un precedente. Así es como la tierra fue creada. No se había efectuado transformación alguna, ninguna superficie seca había sido sumergida. Nada realmente se había logrado. En el segundo día de la Creación, "Di-s puso separación entre las aguas que están debajo del cielo y las aguas que están encima del cielo"(16)
.
Lo fisico fue separado de lo espiritual; el mundo recibió una identidad diferente a la de su Creador. En el tercer día, Di-s ordenó que la tierra emergiera. Sobrevino la terrenalidad, una que arremete arrogante de su matriz primordial con su faz libre y seca.Luego las aguas volvieron a precipitarse "para destruir toda carne", para demoler la perspectiva cárnea de la realidad que había distanciado al mundo de su Creador y ahogado en ella Su verdad que todo lo consume.Este es el "Diluvio de Noaj" en el nivel espiritual-conceptual: no un castigo catastrófico, sino el poder de despertar la memoria de los orígenes de un universo y volver a sumergirlo en su fuente.Con todo, a continuación del diluvio de Noaj Di-s juró: "Nunca más volverá a haber un diluvio para destruir la tierra... Nunca más inundarán las aguas para destruir toda carne"(17)
.
Pues el objetivo de la Creación no es que el universo sea revertido a su nulidad inicial, sino que su mismísima tierra y carne se conviertan en un hogar y morada para su Creador.
El diluvio de Noaj no fue otra cosa que un preámbulo para el tercero, el diluvio mesiánico: un diluvio en el que la tierra es llenada, no abrumada, con el conocimiento de Di-s (pero lleno, no obstante, "como las aguas cubren el mar"; de una manera absoluta e inequívoca).
El propósito final de la Creación no es la supresión de la terrenalidad, sino el armonioso desarrollo de la realidad física hasta convertirla en un ambiente receptivo a, y expresivo de, la realidad Divina.
El segundo diluvio es posible gracias al primero, y el tercero gracias al segundo.Porque se originó como "agua envuelta en agua", el mundo podía anularse a sí mismo en sumisión a la verdad Divina. Y porque había sido ahogado en agua en la época de Noaj, podía luego proceder a integrar la verdad Divina como parte de su mismísima personalidad e identidad.Cuando la tierra emergió nuevamente de las aguas, Noaj y su familia podían comenzar el proceso de construir un mundo que está "lleno del conocimiento de Di-s como las aguas cubren el mar".
No un mundo desprovisto de identidad, sino uno cuya identidad revela, en lugar de oscurecer, lo Divino. Una tierra que es "seca" y físicamente real, pero unida a la bondad y perfección de su Creador y Fuente.

Notas:
1.Midrash Rabá, Bereshit 5:2. Véase Génesis 1:2: "Y la tierra era vacía y amorfa... y el espíritu de Di-s Se mecía sobre las aguas".
2. Génesis 1:9.
3. Ibíd., 7:17-19.
4. Isaías 11:6-9.
5. En palabras de nuestros Sabios, fue un tiempo en el que "las alabanzas a Di-s se alzaron únicamente de las aguas" (Midrash Rabá, Bereshit 5:2).
6. Génesis 6:17.
7. Exodo 20:19; Deuteronomio 4:31.
8. Salmos 5:5.
9. Proverbios 13:24.
10. Véase Midrash Rabá, Bereshit 5: 1: "Al principio de la creación del mundo, las alabanzas a Di-s se alzaron únicamente de las aguas. De modo que cuando la generación del Diluvio se rebeló contra El, Di-s dijo: "Que estos sean barridos a un lado, y que las aguas regresen y tomen el lugar de aquellos"'.
11. Midrash Tanjumá, Pekudei 3.
12. Un seá es aproximadamente 7.3 litros. La ley de la Torá estipula que una mikvé debe contener un mínimo de 40 seá de agua.
13. Torá Or, Noaj 8c.En tanto que la inmersión en una mikvé es un suceso positivo, en verdad resulta del hecho negativo de la impurificación anterior de la persona. Así, la comparación de Rabí Shneur Zalman del Diluvio con la inmersión en una mikvé refleja el suceso tal como éste es descripto en la dimensión "post-creación" de la Torá: la purificación de la contaminación de la tierra generada por los pecados de la humanidad. Pero hay inmersiones en la mikvé (tales como las cinco inmersiones del Sumo Sacerdote en Iom Kipur) cuyo propósito no es eliminar los aspectos negativos de la impurificación ritual sino alzar al que se sumerge en ella a un nivel más elevado de pureza y perfección. En este contexto, la metáfora de la mikvé refleja el aspecto enteramente positivo del Diluvio tal como éste es visto desde la perspectiva del elemento procreación de la Torá. 14. Mishné Torá, Leyes de Mikvaot,11:12.
15.Así, tibul, el término halájico para la inmersión en una mikvé, comparte las letras de la palabra hebrea bitul, "anulación".
16. Génesis 1:7. 17. Ibíd., 9:11 y 15.